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«En escoltar la notícia de la mort de Pinochet», per Héctor Pavelic

estelnegre | 12 Desembre, 2006 19:01

«En escoltar la notícia de la mort de Pinochet», per Héctor Pavelic

Héctor Pavelic

A les 15.06, en escoltar la notícia de la mort del genocida i lladre Augusto Pinochet Ugarte, per a mi va ser retornar als anys de l’horror dels camps del terror de la dictadura del general que avui s’ha mort al llit de l’hospital militar al costat de sa família, gran privilegi que molts dels nostres ni tant sols pogueren somiar.

Recordo la meva presó i la tortura, i sento novament el meu cos torturat. Em revenen els milers de companys torturats, desapareguts, executats. Els que hem pogut sobreviure exigim veritat i justícia. És per això que avui, en veure la televisió i escoltar les pregàries i els víctors per al dictador, em produeix ràbia, ràbia de tots aquests miserables que li varen donar totes les possibilitats per poder eludir les accions judicials, tan nacionals com internacionals, i així no ser condemnat. Els seus còmplices avui els podem veure plorant, i alguns repudiant el dictador, però gràcies a tots ells, el genocida no va ser condemnat i va morir com molts.

Avui els morts de l’Estadio Nacional clamen justícia; els morts de la Caravana de la Mort clamen justícia; els morts de Santa Bàrbara clamen justícia; els morts de Lonquen, Concepción, Chincolco, La Serena, Copiapó clamen justícia. Els morts d’Antofagasta, Calama, Iquique, Pisagua i Arica clamen justícia. Els desapareguts de tot Xile clamen justícia. Els torturats de tot Xile exigim justícia.

Per tots els nostres morts exigeixo justícia.

Ni la mort pot deixa impune el genocida Pinochet, tots hem de condemnar-lo ara. La tomba de l’ésser més repugnant de Xile ha de ser un lloc on tot ésser humà digne ha d’escopir.

15.54 del 10 de desembre de 2006

Héctor Reinaldo Pavelic Sanhueza,

expresoner de Guerrra núm. 14 del camp de concentració de Pisagua, i del camp de concentració de Tejas Verdes

Pinochet ben acompanyat...

Ateneu Llibertari Estel Negre

Comentaris

  1. Salut

    Molt bona la fotografia, a part d'aquesta nota d'Héctor també he rebut un article del pelao des de Xile que ja he publicat molt interessant sobre la utilització d ela música a la dictadura xilena

    Pepe | 13/12/2006, 16:24
  2. El nieto de un general asesinado escupe al féretro de Pinochet

    Augusto Pinochet no sólo recibió el homenaje de sus simpatizantes y del Ejército durante la exposición de su cadáver en la Escuela Militar de Santiago. También recibió el salivazo de un familiar de una de sus víctimas, y sólo un delgado cristal impidió que fuera alcanzado su rostro. Y aunque la dignidad de todas las víctimas de la dictadura es la misma, lo cierto es que el hombre que escupió a Pinochet se convirtió ayer en el héroe de muchos chilenos. Se trata de un nieto del general Carlos Prats, asesinado junto a su mujer en Buenos Aires en 1974 por orden de dictador. Prats fue el comandante en jefe del Ejército que precedió a Pinochet en el cargo y durante el golpe de Estado permaneció fiel al presidente constitucional, Salvador Allende. Pinochet siempre le negó los honores fúnebres de jefe del Ejército que él mismo recibió el pasado martes.

    Hasta la madrugada de ayer se sabía que durante el desfile de simpatizantes frente al cadáver del general muerto se había producido un incidente cuando tres hombres se acercaron al féretro y uno de ellos pareció estornudar sobre él. Muchos de los presentes se lo tomaron como un accidente, algunos hablaron de falta de respeto, pero unos pocos se percataron de que en realidad el hombre que se acababa de inclinar sobre el ataúd, había escupido al rostro del militar fallecido.

    Un grupito lo siguió tratando de evitar que abandonara el recinto. El agresor se marchaba caminando tranquilamente. El grupo consiguió darle alcance ya fuera del salón donde se encontraba expuesto el cuerpo de Pinochet y se formó un tumulto que finalizó con la intervención de la policía militar, que rescató al hombre de un grupo que pretendía lincharle allí mismo.

    El detenido se identificó ante los uniformados como Francisco Cuadrado, y añadió: "Soy nieto del general Prats". Los soldados supieron al instante de quién hablaba y optaron por comunicarse con el general director de la Escuela Militar, que ordenó que trasladaran a Cuadrado a su despacho. Tras permanecer unos minutos a solas con el nieto de Prats, el general ordenó que el hombre fuera escoltado hasta la salida del recinto y que un coche lo trasladara a su domicilio. La mayor parte de las personas que aguardaban su turno no se percataron del hecho y el incidente sólo fue un rumor que tardó unas 20 horas en confirmarse.

    Francisco Cuadrado Prats, artista plástico de profesión, aguardó durante horas en la fila de miles de simpatizantes del dictador a que llegara su turno. "En un principio me acerqué por allí a ver qué pasaba", explicó ayer. "Luego decidí quedarme e hice lo que tenía que hacer".

    "Mi última oportunidad"

    El nieto del general Prats explicó a los medios de comunicación chilenos que, aunque la Escuela Militar estaba repleta de personas, su acción se había tratado de un "acto privado" ya que ésta era su "última oportunidad", de mostrar su desprecio por el hombre que, tras ser recomendado por su abuelo para ocupar el cargo de jefe de Ejército, ordenó asesinarle. "Y además indultó a los homicidas", añadió. Cuadrado, hijo de Sofía Prats, actual embajadora de Chile en Grecia, expresó además su total desacuerdo por el hecho de que el Ejército rindiera honores al dictador, considerado por toda la familia Prats como un traidor desleal. "Era una cuenta pendiente muy personal", reconoció el hombre.

    Prats, el militar leal
    Carlos Prats era uno de los generales más leales a Salvador Allende. Era su amigo y aceptó, pese a reticencias personales, formar parte de su Gabinete. Para reemplazarlo al frente del Ejército, Allende se fió de su consejo y nombró comandante en jefe a Augusto Pinochet. Era el 23 de agosto de 1973. Once días después, Pinochet encabezó un golpe de Estado que acabó con la vida de Allende y dio la orden directa de bombardear el Palacio de La Moneda.

    El general Prats, heredero de una tradición del Ejército chileno de sometimiento al poder civil, consideró desde entonces a Pinochet como un traidor desleal, el peor insulto que puede recibir un militar.

    Prats, casado y con tres hijas, se exilió en Argentina, que pese a las turbulencias políticas todavía vivía en democracia. El 30 de diciembre de 1974 una bomba acabó con su vida y con la de su esposa, Sofía Cuthbert. La justicia argentina ha determinado que el atentado fue efectuado por los servicios secretos argentinos, infiltrados ya por la ultraderecha, pero que quien instigó y ordenó el crimen fue el propio Pinochet.

    Años más tarde, las hijas de Prats lograron que Pinochet les diera permiso para repatriar los cuerpos de sus padres, pero se negó a que Prats fuera enterrado con los honores debidos a un ex jefe del Ejército. No fue hasta el año pasado cuando el entonces comandante en jefe del Ejército chileno, Juan Emilio Cheyre, presidió la ceremonia que debía haberse realizado tres décadas antes.
    ("El País", 14-12-06)

    J. MARIRRODRIGA - Santiago | 14/12/2006, 15:04
  3. Carnaval per la mort del dictador

    Vídeo realitzat pels companys del col·lectiu Àcrata de Xile que mostra la festa popular que va generar la mort de Pinochet

    Carnaval per la mort del dictador | 20/01/2007, 07:32
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